Guardar información en la nube permite acceder a esa información siempre que queramos y tengamos conexión a Internet. Para subir nuestros archivos con seguridad se recomienda que el servicio tenga cifrado https, no subir información sensible, usar contraseñas robustas, tener resguardos físicos por si acaso y leer las características del programa para no compartir información sin querer.
Gracias al almacenamiento en la nube, podemos disponer de nuestros archivos en cualquier dispositivo conectado a Internet, en cualquier momento y lugar, pudiendo editar, borrar o compartir nuestros archivos desde ahí. Los servicios más conocidos son Dropbox, Drive, iCloud o SkyDrive.
Las características principales son su disponibilidad (podemos acceder a la nube desde cualquier dispositivo con Internet compatible con el servicio), su sincronización (nos permite crear archivos en un dispositivo y modificarlo en otro), su capacidad para compartir archivos, de manera pública o privada, y el uso que se le puede dar para hacer copias de seguridad.
Sin embargo, también cuenta con ciertos riesgos asociados, como que el servicio deje de funcionar y perdamos la información, que el servicio falle, que descuidemos el acceso y entren personas no autorizadas, los problemas de sincronización, los ataques malintencionados, la confusión al compartir archivos, el espacio limitado que ofrecen los servicios gratuitos, la velocidad de acceso, el consumo de tarifa de datos en dispositivos móviles, la subida de archivos privados o los problemas legales que puedan generar los archivos subidos en base a donde se encuentra alojado el servidor.
Fuente: www.osi.es
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