Las actualizaciones son modificaciones realizadas sobre los sistemas operativos o aplicaciones que tenemos instalados en nuestros dispositivos y cuya misión es mejorar tanto aspectos de funcionalidad como de seguridad. Si no actualizamos hay todo tipo de riesgos: robo de información, suplantación de identidad... Cada día se descubren nuevas vulnerabilidades que permiten que los delincuentes nos roben información, nos espíen, nos causen un perjuicio económico, etc. Para estos problemas se crean las actualizaciones, elaboradas por los desarrolles y fabricantes de las aplicaciones.
Las actualizaciones son necesarias para los navegadores, programas, plugins... en especial para los antivirus, ya que si no está actualizado queda inservible. Tampoco se deben confundir actualizaciones con las últimas versiones de los programas.
En muchos casos, las aplicaciones y dispositivos disponen de opciones de actualización automática, de manera que las instalan tan pronto el fabricante o desarrollador las publican. Esta es la opción más recomendada ya que evita que tengamos que estar nosotros pendientes de esta tarea, que en ocasiones resulta un poco molesta.
Los delincuentes han descubierto que la instalación de parches constituye un nuevo modo de infectar un dispositivo. Por ello ciertos sitios de Internet y ciertas aplicaciones nos ofrecen la instalación de actualizaciones falsas. Al aceptarlas, nuestro equipo quedaría infectado. Por tanto, no debemos instalar nada que no provenga de los canales oficiales que proporcionan los fabricantes y desarrolladores de los dispositivos o el software. También hay que tener en cuenta los privilegios que se conceden a las actualizaciones, por si resultan excesivos.
Fuente: www.osi.es
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